La Morera

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domingo, 29 de julio de 2007

El ex alcalde de Algemesí, Emili Gregori Tarazona, se adhiere a la petición de una calle en Valencia dedicada al cartelista Josep Renau


Centenar intelectuales y artistas piden rotulen calle Valencia nombre Renau

Más de un centenar de profesionales de la cultura ha pedido a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que se dedique una calle de esta ciudad al pintor y cartelista Josep Renau y que se le nombre hijo predilecto en el año que se cumple el centenario de su nacimiento.

En la carta, que fue entregada en el registro del Ayuntamiento de Valencia ayer, numerosos personajes del mundo del cine, las letras y las artes se han sumado así a la iniciativa promovida por la Comisión Ciudadana Centenario Renau que solicita a este Consistorio esos 'dos reconocimientos simbólicos al artista valenciano'.

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Los carteles de la feria taurina de Algemesí fueron presentados el pasado viernes.


Los carteles de la feria taurina de Algemesí fueron presentados el pasado viernes. Esta se celebrará entre los días 22 al 30 de septiembre. El ciclo constará de siete novilladas picadas, otra sin caballos para alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Valencia y una corrida de toros. Esta se anuncia para el día 27 de septiembre, y en ella se lidiará un encierro de Torrestrella para una terna formada por Finito de Córdoba, El Fandi y César Jiménez. Destaca asimismo el anuncio el día 23 de un cartel netamente femenino. Novillos de Condesa de Sobral para la rejoneadora Julia Calviere, Sandra Moscoso y Maria Morillas. El resto de las novilladas lucirán los hierros de Cebada Gago, Lagunajanda, Javier Molina, Montalvo, Sánchez Arjona, Miura y Giménez Indar


Fuente: "Levante EMV"

viernes, 29 de junio de 2007

José Ramón Maravilla, un soñador para un pueblo…

José Ramón Maravilla, además de ser un hombre maravillado por las posibilidades del hombre en cuanto hombre, un profesional de la luz del sol como energía, un optimista antropológico…, es concejal de Juventud en el Ayuntamiento de Algemesí. Tal vez porque el destino es el destino y la juventud lo es todo, que ya lo dijo el maestro Rubén: "Juventud, divino tesoro, te vas para no volver", etc., etc. Pero ocurre en este caso que resulta que el concejal es joven, tiene todas la vida por delante y se le iluminan los ojos cuando habla de las posibilidades de mejora de su pueblo, que es el mío, en un futuro inmediato… Y deviene todo muy precipitado, porque es tal el énfasis y convencimiento de su ensoñación que, a fuer de envenenado por la literatura quien esto escribe, su discurso le hace recordar el idealismo de Esquilache para con España, según conocida obra de don Antonio Buero Vellejo (Un soñador para un pueblo)... Pero mientras él habla de la necesidad de participación ciudadana, de proyectos sugestivos de vida en común, de grandes espacios de convivencia, quizá como contrapunto fatídico ordenado por Dios, las campanas doblan en el campanario de la iglesia de San Jaime (y se pasea por mi cabeza la terrible aseveración de Ernest Hemingway… “Nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti”…

Sin emgargo, el personal entra animado en el Chester. Todos saludan al concejal... Las muchachas de dos mesas más allá, que nos hacen una foto, le sonríen, el camarero le bromea...; Maravilla está en el local… Uno se percata al instante de la naturaleza social del personaje, así que, a poco que se le pregunte, habla solo: “Me gusta escuchar a la gente, que partícipe, que tenga decisión el los asuntos municipales… No creo que la actual estructuración del tinglado político… Lo único que puedo decirte es que sólo escuchando a las personas, a los ciudadanos, podremos solucionar los problemas del pueblo”. “Ya, ¿pero tú te consideras un hombre de centroizquierda, al menos?”, le pregunto. Y responde: “Yo soy un independiente que sólo cree en las personas y me alío con quien creo que va a hacer lo mejor para con Algemesí”.

... Suenan dolientes las campanas a las 6 y algo de la tarde, una incipiente tarde tórrida de verano… No puedo más y le pregunto, lo que nunca se debe preguntar: "¿Por quién doblan las campanas?” … “Pues no sé, pero es verdad”, dice. Y yo le añado: “Hubo alguien que dijo que nunca se debía peguntar por quien doblan las campanas, porque siempre doblan por uno mismo, que es carne mortal…” “Sí – reponde – un escritor americano…” “¿Erenest hemingway? “"Sí…” “No tenía que habértelo preguntado, da mal fario”… “¡Psss! Tranquilo! Nadie es más que nadie. Un poco más pronto o un poco más tarde, todos a Cotes”. "¿Cotes?" “Sí, claro, donde está el cementerio” “Ah, ya, lo conzoco”… “Mira- apostilla, como enfático, consciente de que no por el tañir fúnebre de las campanas va a perder su fe en la Humanidad-: si tienes los pies en la tierra, siempre serás persona. Esto es igual para todos… El único que no se equivoca en esta vida es el que no hace nada. Todos podemos equivocarnos, pero todos debemos tener buena voluntad”…


Las chicas llevan su juerga y nos miran. Es lógico: la parafernalia de la cámara encima del velador, al agenda y demás, despiertan su curiosidad… Maravilla las tranquiliza. “Ya veréis todo esto en Internet” (risas).

“¿Qué proyecto destacarías entre los que te rebullen en la mente?”, le pregunto. Y responde: “Principalmente, y de común acuerdo con el PP, al menos en cuanto posibilidad , una zona de ocio, pero, ojo, esa zona de ocio no sólo debe servir para los jóvenes, sino para todas las edades” . “Eso parece que está en todos los progrmas”, le replico. Y dice: “Sí, claro, pero el nuestro es mejor”…

Hacemos un descanso, hablamos algo de los píxeles de las cámaras fotográficas, de todas esas cosas tan nuevas que casi no tienen nombre, como diría García Márquez… Pero retomamos el trabajo...: "¿Y como te captó el Partido Solcialdemócrata?" “Muy simple: hablé con Fernando Piera y me dijo: 'Ojalá te hubiese conocido hace veinte años'” . Y se queda absolutamente seguro de que las cosas son asi porque no pueden ser de otra manera; y yo, maravillado, porque, encima, es verdad… Y prosigue: "Construiremos una plaza rectangular, pero, cuidado, tendrá comercios en los soportales, y pubes y cafeterías, y además se darán el ella espectáculos espectaculares, nada de medias tintas. Será todo a lo grande, como Alfonso Rus en Xativa, que eso si que es meterle collons a la cosa… Pues nosotros, igual… Habrá multicines, servicios sanitarios, de bomberos y policía anexos, por si acaso… Y llegarán a Algemesí personas de toda la comarca: de Albalat, de Polinya, de Riola, de Alzira, de Guadasuar, de Sueca, hasta de Almusafes… Algemesí será el centro de todo"

Y quien esto escribe, al salir del pueblo con destino a Valencia, circunvala el monumento a La Muixeranga, que se alza hacia el cielo como los pensamientos de un soñador del pueblo y para su pueblo, y piensa que a Esquilache lo anuló la propia España, y se pregunta por qué tiene que ser siempre así y por qué no tiene que sonar La Muixeranga en honor de un soñador con los pies en la tierra? Y claro: La Muixeranga suena… para él, que es Maravilla, y para todos… Y suena. Y suena... Y suena.

jueves, 21 de junio de 2007

El acordeonista de Algemesí…

¡Oh modestos acordeones! ¡Simpáticos acordeones!
Vosotros no contáis grandes mentiras poéticas...
Pio Baroja

El acordeonista de Algemesí es el acordeonista mundial que pasa inadvertido para la sociedad civil, para la sociedad que compra y paga, o ni tan siquiera compra o ni tan siquiera paga… El acordeonista de Algemesí es el acordeonista natural de la minoría modestamente selecta, de la automarginada de la civil, de la penal y hasta de la constencioso-administrativa, porque su música se diluye entre mayorías absolutas que no entienden de almas…

Yo, modestamente, como digo, pertenecezo a la inmensa minoría de los desalmados del debe y del haber, de la lógica y del raciocinio... No lo tengo a gala porque es una desgracia y, más que nada, no da nada... Pero el acordeonista de Algemesí, que se llama Aure, me entiende y entendía incluso antes de que hablásemos. Ocurrió en una mañana límpida y azul en que yo caminaba con una tal Esperanza (como dice Goethe,“esa segunda alma del desdichado”) y, al encontrarle en mis orígenes, comprendió también él por qué en éstos (me llevaron a vivir a Valencia cuando tenía cinco años) el ciego Pepico me tenía absorto las tardes de verano, cuando en su balcón hacía sonar La cumparista, algún vals que no recuerdo y España cañí… Después de aquellas tardes de verano, he visto al acordeonista de Algemesí, por universal, en todos los rincones de mi vida: desde la plaza Mayor de Madrid, hasta el Trastévere romano, y desde el Trastévere a las terrazas existencialistas de los muelles del Sena, donde Edit Piaf amaba a los acordeonistas. Me lo dijo la musa de J.P. Sartre en las paredes rosas de la estación de Algemesi, cuando quiso expresar en un cartel que la vida corta puede vivirse en rosa, pero tampoco nadie se dio cuenta. Y perdonen ustedes el egoísmo de "lo marginal", porque el acordeonista ("L'accordèoniste"… : Son homme est un artiste/ C¨est un drôle de petit gars/Un acosdeoniste/ Qui sait jouer la java .. ) viene a ser el refrendo desgarrado de la música callejera que tanto amamos los callejeros.

Yo no sé cuántos mandatos políticos, cuántos equipos de gobierno municipoales, habrá visto pasar el acordeonista de Algemesí; es decir, mi amigo Aure. Pero sé que los equipos de gobierno municipales no se han percatado de que el acordeonista "de Algemesí" es de Algemesi, de Roma, de Madrid, y de las orillas del Sena. Y que ya don Pio Baroja (Elogio sentimental del acordeón) escribió bellísimas palabras acerca del acordeón (quizá se olvidó de los acordeonistas) que yo le remití a María Jesús y su idem, concejala de servicios sociales por el Partido Popular en el ayuntamiento de La Nucia. (Alicante). Porque en mi juventud llorada, la María Jesús rubia y primeriza del blanco y negro en al tele y de los pasdobles en las terrazas de Benidorm, era mi todo más todo... Y de vez en cuando me manda un mensaje, porque sabe de mi fidelidad a la música y al instrumento.

El acordeonista de Algemesí era necesario, pues, para que yo pudiera volver a mi pueblo. Porque allí estaba él: en la calle Montaña, en la Dels Arbres, otra vez en la de la Montaña… etc. María José, una amiga del Ayuntamiento, me dijo. “aparece y desaparece, es un misterio”. Pero ocurre que aparecer y desaparecer es el misterio de los hombres libres. Y un acordeonista sólo puede ser un hombre libre.

viernes, 25 de mayo de 2007

Razones subjetivas y objetivas para que Vicent Ramón García sea alcalde de Algemesí

Decía Pascal que "el corazón tiene motivos que la razón desconoce", a la contra, Sir Francis Bacon, John Stuart Mill y todo el pragmatismo inglés vinieron a decir que "el buen cuchillo es el cuchillo que corta"… Los dos argumentos tienen su peso en política. Y como hablo de la de Algemesí, un ángel me ha traido aquí, a Valencia, el programa político del Partido Popular. Hay en él las razones razonadas y razonables para que, racionalmente, un ciudadano sensato vote a Vicent Ramón García. Claro, no por ello dejan de ser sensatos los ciudadanos que voten PSOE (los demás, ya son otro cantar…), es cuestión de matices y sensibilidades. En el programa político de VR, entiéndase PP, está todo, desde los libros gratuitos al problema del Alzheimer, desde la Ginecología a la RENFE y la Confederación Hidrográfica del Júcar, desde el teatro y la danza a los espacios WIFI. Éstas podrían ser las razones objetivas.

Pero quedan las de Pascal, las del corazón loco, como el de aquel Machín que se preguntaba si se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco (hubo alguien que añadió: "y tres"). Las razones de Pascal-Juan Sanchis versus Vicente Ramón son más extrañas… pero son. Son como los golpes de la vida, que decía César Vallejo, "son pocos, pero son"… Y son dos o tres, no más. Lo digo porque he estado visualizando el video que, total o parcialmente, vi cuando llegó Juan Cotino a El Molí, y he visto desfilar al candidato a la Alcaldía con uniforme del Ejército del Aire, como yo, y lo he visto fotografiado en el mismo burladero de la plaza de toros de Algemesi en el que yo me fotografié un día septembrino, no muy lejano, en el que me preguntaba si aún estoy a tiempo para torear en esta plaza.

Puestas en un plato de la balanza las razones objetivas y, en el otro las subjetivas, resulta que dejan el fiel inamovible. Es decir, que me redescubro en un punto exacto de equilibrio entre la necesidad de comer y la de soñar. Por tanto, si yo estuviera ahora censado en Algemesí, le votaría a él. Supongo que los otros partidos tienen más o menos los mismos deseos de bienestar que el de VR, pero sus cabezas de lista ni han hecho el servicio militar en el Ejército del Aire ni han reflexionado lo burlesco de la vida en el mismo burladero que él y yo. Las razones del corazón, al final, son las que deciden. Suerte.
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lunes, 21 de mayo de 2007

El ojo derecho del candidato

Ahora que de luz tu niebla doras,

Escucha, al son de la zampoña mía…
Luís de Góngora (“Fábula de Polifemo y Galatea”)


Cuando una chica del pueblo me hacía unas fotos junto a la verja de la morera que da nombre y feliz natalicio a esta columna, recogí de la calzada (calle Berca), en soporte de papel fotográfico, el ojo derecho de un candidato, llamémosle X. Tampoco tiene gran importancia que sea un ojo u el otro, pero en tiempo de elecciones, que resulte ser el derecho o el izquierdo es tema más delicado. A mí, los de La Fe me fundieron el derecho y me obligaron a verlo todo desde la izquierda justo cuando ya desfallecía en ese empeño. Ahora he de ser yo el que, con mucha voluntad y afán imparcialista, tengo que girar un poco más la azotea para contemplar la vida tal como es…

Del ojo derecho del candidato devorado en la calle Berca, sólo se sabe, de momento, que necesita gafas, algo civilmente aceptable y políticamente correcto. Nada que objetar. También que es verde… verde como el trigo verde, y el verde, verde limón… O sea, arraigado en amores…, que, al fin y al cabo, es de lo que se trata: a más amor, más valía, y lo demás son cuentos, y obras son amores y no buenas razones.

Posiblemente el candidato que perdió el ojo derecho en la calle Berca, vaya por ahí suelto, triscando, tan feliz e ignorante de su desdicha que lo estará viendo todo, de cara al nuevo sol del 27, bien con el alma de la izquierda no revolucionaria, bien con el de la derecha no conservadora. Extraño Polifemo, vengador de los amores del partido que tiene el ojo izquierdo sano y la partida en liza, el candidato tuerto del Pozo de la Virgen (que ella le conserve los dos de por vida) diríase que mira con ternura, con infinita bondad y comprensión a la gente que le pisa, o le pisaba (porque lo tengo yo guardado), ignorante de la felicidad que trae al pueblo, del bienestar, la gloria y la justicia que él en sí mismo representa.

El ojo derecho del candidato, Gran Hermano que siempre vigila el ir y venir de las ánimas en pena, la paz social de la sociedad civil, el buen estado de los jardines y el riguroso cumplimiento de la ORA a la hora de aparcar, se ha visto en un instante convertido en esperpento de si mismo, en aparente chanza de plumilla de Internet. Pero la verdad es mucho más simple: el ojo derecho del candidato despedazado por las fieras en la calle Berca de Algemesí es complementario del ojo izquierdo sano que me queda tras perder en La Fe la idem que me quedaba en la Utopía.

No se aprecia viga alguna en el ojo derecho del candidato. Esto también hay que decirlo y, además, queda muy bien para cerrar.

viernes, 18 de mayo de 2007

María también regresa

Mi madre se fue a dormir al nicho del cementerio tras hacer sonar, con el ataúd abierto, las notas largas, viscerales, hondas y sentimentales, de La Muixeranga. Los papeles oficiales de mi madre decían que se llamaba Eugenia Salut, pero añadiendo “conocida por María”.

... Mi madre murió una noche en que en la televisión emitían Los miserables, de Víctor Hugo, porque, a pesar de ser conservadora, tenía, a su manera, consciencia de clase... Cuando le dio la crisis cardiaca me dijo que no llamara al médico, porque sabía que se estaba despidiendo... No obstante, por si acaso se equivocaba, llamé al 112, y, desde el otro lado del cable telefónico (viendo yo a mi madre en la cama), me preguntaron: “¿Qué síntomas tiene?”. Y tuve que responder: “Ahora, ya, ninguno”. Y permanecí echado junto a ella, cosa de una hora, antes de llamar a los familiares, porque sospechaba que lo seguía escuchando todo. Mi madre murió, pues, hay que decirlo, junto a una especie de gran estampa enmarcada de la Mare de Deu de la Salut.

Hace alrededor de una semana, pues, que publiqué en Periodista Digital un artículo esencial en mi biografía, como también lo es éste, se titulaba Volver a Algemesí… Porque era yo el que volvía con dos tangos y pico a la vez; es decir, con más de cuarenta años de ausencia. Ahora es ella, mi madre, la que a la postre me trajo a este Valle de Lágrimas, que es la misma vida, la que regresa conmigo.

Yo recuerdo el sol resplandeciente de una mañana perfectamente seria dentro de la jovialidad de todas las mañanas, andando tras el coche del último viaje hacia el tanatorio de la calle Albalat, tantas veces ahora contemplado en cuestión de días. Creo que si mi madre estuviera en estos instantes viéndome, que tal vez lo esté, aunque no creo…, me volvería a decir aquello de “no te metas en política” y "que se apañen"...

Pero no le puedo obdecer del todo. No puedo porque durante estos últimos años, los intentos que he hecho de publicar en éste, mi pueblo natal, desde la época de Joan Girbés, siempre han sido infructuosos. Sólo ahora unas personas de bien del Partido Popular me prestan su atención. Y yo soy un hombre que, parafraseando a León Felipe, viene de muy lejos y casi siempre descubre con una simple mirada la clase de quien le escucha, o ni tan siquiera le escucha.

Esta columna, este blog, como se llaman ahora estas cosas, es visceralmente político y cultural, con unos valores sobre los que se sustenta: la no explotación del hombre por el hombre, la unidad y diversidad cultural de España y el arraigo en lo más nuestro. No faltará quien aduzca que no está escrito en valenciano. Y bueno, qué… Ya lo estará en la medida en que asumo el bilingüismo real de la Comunidad.

Hoy es, como todos, un día memorable que sólo me es entristecido por las amarguras comunes a cualquier ser humano. Tampoco es cosa ahora de mostrar las llagas ni rasgarse las vestiduras ante nadie. No. Hoy es un día sereno, asumidor de los dolores de vivir y también de los pocos instantes de esperanza que las horas traen y me traen.

Hoy es el día en que mi madre me vuelve a parir en el pueblo que me parió: es decir, Algemesí.